El brillo y la resistencia del cabello dependen de su estado tanto en la superficie como en profundidad. En la superficie, la cutícula es el envoltorio protector del cabello y está compuesta de células dispuestas como escamas (como si fueran las tejas de un tejado) y conectadas por un cemento de lípidos y proteínas. Si las escamas están en buen estado, perfectamente pegadas al tallo del cabello, el pelo tiene un aspecto suave y brillante. En profundidad, el córtex está compuesto de fibras vinculadas por un cemento de lípidos y proteínas. El córtex garantiza la resistencia del cabello.
Consejo
Por lo general, trata de evitar los tratamientos demasiado agresivos y frecuentes (tratamientos de color, alisados, brushings…) dado que estropean la cutícula y las fibras del córtex. El cabello se vuelve más frágil y empieza a romperse con facilidad. Pierde su brillo y suavidad. Mejor, elige los los champús que tengan una base de lavado suave y seque con cuidado su cabello utilizando una toalla. El secado eléctrico será, de este modo, más corto y menos agresivo. Podrás, asimismo, utilizar con regularidad tratamientos reparadores con el objetivo de alisar las escamas y consolidar la fibra capilar.
Todas las fuentes de proteínas ricas en aminoácidos azufrados (marisco, crucíferas, leguminosas, carne, leche, yema de huevo, etc), así como las fuentes de vitaminas del grupo B y el zinc; participan en un mejor crecimiento del cabello y en su aspecto saludable. Por el contrario, una carencia de hierro o una mala absorción intestinal pueden conllevar a una caída del cabello. Serán entonces necesarios entre 4 y 6 meses para que todo vuelva a la normalidad. Un análisis de sangre permitirá determinar las carencias alimenticias con el objetivo de remediarlas.
Consejo
Come de manera equilibrada, es la mejor manera de cuidar su cabello. No dejes de comer carne roja ya que sus aminoácidos azufrados intervienen en la producción de queratina. Consume con regularidad pescado, verdura y fruta para poder beneficiarse de sus vitaminas y minerales. Bebe por lo menos un litro y medio de agua al día
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¿Qué champú debería elegir para mi cabello?
Existen principalmente tres tipos de cabello: normal, seco y graso.
El cabello normal es brillante, suave al tacto, se desenreda y se peina con facilidad.
El cabello seco está más apagado y es, a menudo, más frágil o llega incluso a romperse con facilidad. Producido por la glándula sebácea, el sebo que normalmente lubrica el cabello y lo rodea de una micro-película protectora, resulta insuficiente. La fibra capilar está mal protegida, pierde su flexibilidad y elasticidad, por lo que el cabello se vuelve vulnerable.
El cabello graso es, por el contrario, el resultado de una producción excesiva de sebo. El exceso de sebo provoca que el cabello se vuelva débil, pesado y difícil de peinar.
Consejo
Para elegir el champú adecuado, resulta ante todo importante que sepa qué tipo de cabello tiene. No dudes en solicitar en una farmacia la realización de un diagnóstico gratuito. Tu farmacéutico podrá entonces aconsejarte un champú que se adapte a tu tipo de cuero cabelludo (normal, graso, seco, sensible...) teniendo asimismo en cuenta las características de tu fibra capilar (cabello seco, fino, grueso...).
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Contrariamente a las ideas preconcebidas, no existe ninguna frecuencia ideal de lavado, varía de una persona a otra. Depende, por un lado, del tipo de cabello que tengamos y de los factores externos. De este modo, nuestros actuales hábitos de vida, principalmente en entornos urbanos a menudo contaminados, favorecen que se depositen elementos que crean un velo apagado sobre el cabello, pudiendo también estimular la secreción de sebo. El cabello será entonces más seco o más graso, en función de cada persona.
Consejo
Ante todo, tiene que elegir un champú que se adapte a tu tipo de cabello. En caso de que sientas la necesidad de lavarse el pelo a diario, puede hacerlo pero deberás entonces elegir un champú suave que se adapte a los lavados frecuentes.
